Una de las decisiones académicas más importantes que deben tomar los padres respecto a sus hijos es cuándo acudir al refuerzo escolar. Evidentemente, cuando los resultados escolares son malos, es una salida lógica. Pero lo importante es anticiparse a los hechos y actuar de forma preventiva para evitar el fracaso.
En este artículo queremos explicar por qué las clases de apoyo en Salamanca están ayudando ya a muchos estudiantes a sacar adelante sus estudios y, de este modo, a mejorar su porvenir y a potenciar su autoestima.
La importancia del refuerzo escolar
Durante los años de primaria, secundaria y bachillerato, los alumnos deben aprender gran cantidad de conocimientos. Las circunstancias personales son diferentes en cada caso, por lo que no existe una fórmula matemática que permita saber exactamente cuándo es el momento de acudir a clases de refuerzo.
Lo que sí está claro, en primer lugar, es que no alcanzar los objetivos académicos supone dificultar el correcto desarrollo emocional de los chavales. Por otra parte, el problema no siempre está en ellos: factores como el bilingüismo, la incapacidad del profesorado o problemas de concentración o incapacidades pueden ser las causas del problema.
A menudo, recibir clases particulares de matemáticas en Salamanca es la salvación para muchos peques que eran incapaces de comprender ciertas materias porque no se les explicaban como ellos necesitan. Lo mismo ocurre con las clases particulares de física y química en Salamanca, o con el refuerzo de inglés, por citar algunos ejemplos.
Cambiar la forma de enseñar, dándole un enfoque más personalizado y adaptado a las particularidades del alumno, es la clave. Por eso el apoyo escolar suele venir acompañado del éxito: al entender la materia, el alumno mejora su motivación, aprende más y obtiene mejores resultados.
¿Cómo saber si nuestro hijo necesita clases de refuerzo?
Debemos fijarnos en una serie de indicadores y referencias de que las cosas, académicamente hablando, no marchan correctamente.
En qué debemos fijarnos
Cuando observemos en nuestro hijo todos o la mayoría de estos efectos, apuntarlo a clases de apoyo puede ser una solución recomendable:
1. Desinterés y desmotivación.
Los alumnos que evidencian una clara falta de interés hacia el aprendizaje y las tareas escolares necesitan ayuda. Si el momento de hacer los deberes genera un conflicto continuado, es una señal de alerta.
2. Lentitud al aprender.
Las dificultades de aprendizaje pueden derivar de carencias intelectuales del alumno, pero también de factores externos. En ambos casos, contar con un respaldo académico personalizado es una ayuda valiosa.
3. Tendencia a la distracción.
No aprender provoca desinterés y aburrimiento, lo que incrementa la merma de rendimiento.
4. Inexistencia de hábito de estudio.
Si nuestro hijo es incapaz de organizarse en el día a día y de planificar horarios para realizar sus tareas y sus exámenes, también precisa de apoyo adicional.
5. Malas notas
Con independencia del desarrollo académico, aprender y descubrir nuevos conocimientos resulta motivador para la mayoría de los niños y jóvenes. Cuando la actitud de nuestro hijo no encaja con esta realidad, deberíamos plantearnos hacer algo.
Tipos de refuerzo
A la hora de la verdad, existen dos tipos de clases de refuerzo entre los que podemos optar:
- Generales: Consisten en reforzar globalmente todas las materias del curso, en grupos reducidos y de forma personalizada.
- Específicas: Se dirigen a una materia concreta, aquella que ofrece una dificultad superior al muchacho. Se apoyan en los contenidos y los materiales del centro educativo al que acude, para mejorar el resultado.
En definitiva, el refuerzo escolar y las clases de apoyo escolar en Salamanca son muy útiles para los niños y los jóvenes que están teniendo dificultades con sus estudios. Anticiparnos al problema es fundamental para conseguir los resultados deseables.